¡Ciborgs!... el posthumanismo ¿Qué sigue después?
- Luis Oscar De León González
- 18 nov 2017
- 2 Min. de lectura
Todo está en movimiento, al igual que el arte, como ya lo he mencionado en entradas anteriores, el arte día a día va rompiendo barreras y encuentra un lugar para hacer llegar a más personas los mensajes y las historias que los artistas tienen por contar.
La idea de separar al humano de la maquina va desde los años posteriores a la revolución industrial y las producciones en serie aceleradas. Desde el momentio en que una maquina reemplazó el trabajo de una persona dentro de un oficio, es cuando comenzó el debate sobre qué tanto vale la vida humana y hasta que punto podemos reemplazarla.
El constructivismo y el Dadaísmo han sido precursores de este pensamiento, la vida no vale lo suficiente, nada tiene sentido, el cuerpo humano ha pasado a ser una herramienta que se compra al pormayor, cuerpos como productos mediáticos, como martillo para el trabajo o como brazos para cuidar a los miembros más jovenes de la sociedad.
Artistas como László Moholy buscan hacer arte desde sus procesos tecnlógicos, al igual que Krzysztof Wodiczko, empleando el diseño para crear un discurso, mediando entornos industriales que parecen fríos o duros y merjorarlos para la experiencia humana.
Otros límites han sido explorados, como lo que hizo Stelllarc al modificar su cuerpo para crear un discurso.
Durante la modernidad tardía en la que estamos viviendo, estos son los límites del arte que hasta el momento lucen extraños o muy extravagantes, pero así fue como iniciaron todas las corrientes artísticas contemporáneas, en un campo extraño, llegando a ser mal vistos. Sólo nos queda situar, identificar los trabajos que en verdad tienen algo qué decir y cómo los podemos aplicar con saberes interdisciplinarios.

Chico Macmurtrie

Krzysztof Wodiczko
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