¿Es libre albedrío o estamos atados a un destino que es imposible calcular?

Decálogo uno (Dekalog 1) Polonia, 1989

Dirección: Krzysztof Kieślowski

Guión: Krzysztof Kieślowski y Krzysztof Piesiewicz

He decidido hacer un análisis personal a cada una de estás piezas audiovisuales, las cuales conforman la obra cinematográfica "El decálogo", porque quiero y porque considero que Kieślowski nos ha dejado un enorme legado através de diez historias que nos invitan a reflexionar sobre los temas humanos más delicados de nuestra existencia, fueron de controversia en la Polonia comunista de los ochentas-noventas y siguen más que vigentes en esta modernidad tardía que se presenta como una neblina de información, violencia, pretensión y donde parece no haber espacio para pensar en lo que somos y qué hacemos parados en en este mundo.

Algo que me fascina es la amabilidad y sencillez que tiene Kieślowski para dejarnos todo un debate filosófico através de historias de personas reales, clases trabajadoras, padres, madres, hijos, amantes, amigos, estudiantes. Personas que podriamos ser nosotros, en situaciones que podrían o no pasarnos, pero que se pueden sentir cotidianas gracias a todo el trabajo técnico y autoral que hay detrás. Si hay un grave error en las religiones contemporáneas es que se sigue optando por llevar el mensaje através de las parábolas de los antiguos textos sagrados, sin tomar en cuenta que esas historias eran para personas que no sabían leer ni escribir, hoy en día creo que la alfabetización en el mundo es mayor, he ahí que resulte tediosa la religión, además de otros temas, los cuales no tocaré por ahora.

Sin más preámbulo comienzo con el análisis...

La cinta comienza con un paisaje desde una perspectiva un tanto confusa, un lago congelado, al caer en cuenta del sitio se le da lugar en la imagen a un hoyo en este hielo, después vemos una fogata y a un hombre observando, el cual se ve triste, saliendo de su ojo una lagrima, enseguida vemos a una mujer llorando por ver la imagen de un niño en una televisión de aparador, así comienza la historia y conocemos a los personajes principales. He decidido utilizar al hombre en la fogata como un símbolo para entender mejor la historia, debido a las numerosas apariciones que tiene en los momentos cruciales de la película, solo observando, representando algo que puede confundir la primera vez que se ve esta película, ¿será que representa al destino? ¿dios? ¿la muerte? ¿el equilibrio?

Kieslowski nos deja bien claro con su lenguaje cinematográfico que este hombre es importante, no está ahí por casualidad, de acuerdo al montaje podemos darnos cuenta que él está relacionado directamente con los sucesos fundamentales de la historia, el inicio, el perro muerto, después de la plática sobre religión con la tía, después de la clase en la universidad, cuando el padre va a probar la solidez del hielo; en total son siete sus apariciones, número que me parece otro símbolo con un propósito, mencionado en la biblia o relacionado en algunas culturas con la suerte.

Conocemos al padre, quien desde el inicio está contando, todo un hombre de números. Junto con toda su inteligencia y terquedad por hacerle ver a su hijo que todo puede ser medido, calculado y explicado desde la base científica. Conocemos de igual forma a la tía de Pawel, quien cree en un dios misericordioso y de amor, en quien toda explicación o duda reside como un dogma; ambos le dan conceptos al niño, respuestas diferentes a sus mismas preguntas; mientras esto sucede, el hombre de la fogata observa.

La religión católica en Polonia es uno de los temas más importantes, muchos creen que es lo que más le ha ayudado a los polacos a levantarse la atropellada historia que arrastran, otros la ven como una mafia enorme que controla a todo el país, lo que es cierto es el gran poder y símbolo de orgullo nacionalista que posee, lo podemos ver en la película con la aparición de los símbolos e incluso fotos y referencia a Juan Pablo II, y justo después de esa charla con la tía sobre el amor de dios; Vemos nuevamente al hombre de la fogata, mirando fijamente al fuego con un rostro más positivo que el del inicio.

Después de la clase de física en la universidad, impartida por el padre del niño nuevamente podemos ver al hombre de la fogata, esta charla universitaria me parece de lo más interesante y me hace querer estar ahí con ese profesor para que me enseñe más, nos damos cuenta de cómo ve el mundo, y cómo su hijo lo admira por eso (he ahí la secuencia filmada desde la perspectiva del pequeño Pawel), su capacidad de mostrar que todo puede ser calculado con una computadora omnisciente y el lenguaje visto como una ciencia exacta, que nos puede dar más respuestas sobre lo incuestionable si se le estudia a fondo.

Nuevamente vemos al hombre, justo antes de que Pawel encuentre su bote de leche que ha quedado congelado, él maravillado por este fenómeno le pregunta a su padre si la leche seguirá así si la deja exactamente en ese lugar, pero el padre le responde que se derretirá cuando salga el sol; consecuente a esto se ponen a calcular el nivel de congelamiento y la solidez del hielo en el lago, para asegurarse si es posible patinar, calculan que es posible y el padre va a verificar el suelo, aquí es uno de los momentos clave, pues es la única escena donde existe contacto visual entre uno de los personajes principales y nuestro hombre de la fogata, la reacción del padre me parece muy interesante, pues parece tener miedo, y al llegar rápidamente con su hijo para decirle que guarde un radio de quince metros lo hace aún más, ¿el hombre significará su destino? ¿su temor por dios? ¿todo lo que en su infancia aprendió, pero luego cambió por la ciencia y lo exacto?

Este encuentro resulta ser el último con el hombre de la fogata ¿por qué kieslowski lo deja así? Justo cuando comienzan los sucesos que cambian la vida de los personajes, se rompe el tintero de color azul y mancha todos los cálculos, las sirenas de ambulancia se escuchan, Pawel no llega. Así comienza el clímax, pero todo en la ausencia del observador, sin embargo, cuando el padre va hacia el lago, se para frente a la fogata, esta vez sola, pero la observa, recordando con cierto temor ¿ausencia de dios? Esto puede explicar que la muerte del niño se haya dado, dios abandonó a Pawel y su padre, ahora, pensándolo desde un lado un poco más lógico, la fogata estaba cerca del hielo, esto pudo ser la causa del derretimiento y ruptura del hielo, ¿una prueba del destino? Era algo que estaba fuera de sus cálculos, no contemplado.

Vemos ambos extremos romperse, el padre ahora trata de creer, pero no lo consigue, pues dios se ha ido, lo ha desamparado, aun así, el haber destruido el altar con las ofrendas y ver a la virgen de Czestochowa llorar cera, lo hace reflexionar, sin lograr creer, lo contrario pasa con la tía, que sólo llora frente al televisor, como había mencionado el papá al inicio, “después de la muerte sólo queda el recuerdo” ella estaba perdiendo su fe, pues dios se había ausentado.

Ni el mismo Kieslowski si viviera tendría el verdadero significado de este símbolo, pero él lo ha dejado durante estos momentos clave para representar esta fuerza que está más allá de nosotros, observando nuestro comportamiento, cuando creemos que somos superiores y que nada nos puede pasar pues tenemos a la ciencia de nuestro lado, viendo a los demás humanos como maquinas, este mismo pensamiento que ha llevado al mundo a holocaustos o dictaduras totalitarias, los cuales Polonia sufrió, y Kieslowski estuvo ahí, creciendo con todos estos conceptos, con la ausencia del hombre de la fogata.

Ahora que, utlizar a un personaje como Pawel, un niño vivo, inteligente, encantador, como el filósofo que nos plantea dudas existenciales me parece un gran acierto, tales como: ¿Por qué morimos? ¿Qué pasa cuando morimos? ¿De qué sirve saber cosas o hacer una vida si vamos a morir? Con estas me quedo por ahora, aunque sé que surgirán más.